Extrañarte me cuenta más que odiarte. Son dedos fríos, intocables e inmóviles que te recuerdan tamblando al pensar que el invierno se va a ir sin volver a verte. Pensando que el sol salió y no lo vimos. Te necesito.
(te siento)
por ahi el 2 de septiembre de 2009, 1:42 a. m.,