miércoles, noviembre 28
Como contrapartida, cuidé siempre de no agraviarla, de no avergonzarla, de no dejarla en ridículo, porque eso sí es algo que no se perdona. La quise bien, claro que con un amor distinto. Era de alguna manera mi complemento, y también el colchón de mis broncas.
Suficiente.
 
domingo, noviembre 25

25 de junio de 1857

Carlitos se compra una casa nueva.

Ella tiene vista la casa de algún lado pero no se acuerda de dónde.

En avenida Dardo Rocha iba en busca de alguna costurera, pero pasa por dos que le trabajaban a un tal Diego, una de ellas tenia a bastante gente haciendo terminaciones sentados en banquitos chiquitos, una maquina muy parecida a una devanadora, y otra que era una remalladora boliviana (son largas).

Va a la casa de Marta, una modista que le trabajaba hace muchos años, que ahora no sabe si está o no viva.

Por ahí cerca estaba la nueva casa de Carlitos, que era muy grande, una casa vieja y en forma circular. Aparentemente estaba en una esquina, pero no se acuerda de dónde era. A un costado estaban terminando de hacer la construcción. Arriba, en el primer piso había algo muy parecido a un salón, un resto, y estaba la abuela sentada. Ella sube y le dice que no quiere estar ahí, porque no puede pasar. Había mucho olor a carne podrida.

Le pide a la abuela que salga de ese lugar, a lo que ella acepta y salen por la ventana. Se tira, pero no le pasa nada. La abuela se queda como caminando en una cornisa, por el borde de la ventana y le dice a mamá:

- No! Qué hacés, ahora te están filmando, no ves que están los de canal 2, ahora pueden verte.

- No te preocupes que yo los distraigo.

Llama a un camarógrafo y empieza a hacer monerías mientras que la abuela termina de bajar.

- ya esta mamá, ahora podes bajar.

Y se acerca un carrito con muchos vagones, donde vienen todos los amigos de Carlitos. Estaban disfrazados de indios y tenían toda la cara pintada. Había una nena que aparentemente era la sobrina de Carlitos, que la habían disfrazado de india y también le habían pintado la cara.

Mamá le dice a Carlitos que porqué no la había invitado a su cumpleaños, bueno; igual no importa porque yo vine igual porque estaba acá cerca en la casa de Marta. Pero lo que no entendía es porqué no le dijo lo de la casa. Y Carlitos le dice que es porque todavía no esta terminada, que cuando la termine que le va a contar. La casa, en el segundo piso, tenia como un precipicio, como no estaba terminada, no había nada.

 
lunes, noviembre 19
Ayer fui a ver a León a la MAE(Muestra Anual Educativa), a pesar de todo el municipio se ocupa de la cultura.
Entre buscar agua para el mate sin que nos cobren (la conseguimos), mirar poco y nada los puestos en donde se muestran las cosas que se hicieron durante al año (son buenísimas), mirar a los pibes que hacen malabares (algún día voy a abandonar mi vida y unirme al circo), una banda que sonaba muy bien de blues, encontrar a mi vieja que buscaba a mi viejo (jamás la volví a ver), recordar que necesitaba una curita porque me había lastimado el pie (me olvide de buscarla) y pensar que mi hermana se había quedado sola con mi amiga... pensaba en los fracasos que tengo en mi vida.
Bueno saquemos algo bueno y pensemos en las buenas experiencias que se sacan en limpio de todas esas partes feas que uno piensan que son lo peor que le puede pasar. podemos creer que es más fácil tapar el sol con el dedo, pero no. La verdad que no tengo ni tantitas ganas de taparlo. ¿para qué?, si puedo vivir de carnaval toda la vida. Visitando los lugares que me gustan, bailando con alguna que otra murga, tocar con la chilinga y ver los recitales que más disfruto. Tomar unos mates con esos amigos que siempre van a estar a dos pasos de casa con el agua caliente y sin azúcar, el novio que mira otras minas, la hermana que trata de levantarte el ánimo haciéndote caballito y ese desconocido que te pisa y te pide perdón.
Cada vez detesto más y más a mi intendente. La gente lo quiere, pero yo no puedo querer a alguien que me mira sobre sus hombros. Algún día pensaremos en limpio, ese día no volveremos a contradecirnos.
O por lo menos eso creo.
Y espero.

Yo era un hombre bueno
si hay alguien bueno en éste lugar.
Pagué todas mis deudas,
pagué mi oportunidad de amar.

Sin embargo, estoy tirado,
y nadie se acuerda de mí,
paso a través de la gente,
como el fantasma de Canterville.

Me han ofendido mucho
y nadie dio una explicación.
Ay! si pudiera matarlos,
lo haría sin ningún temor.

Pero siempre fui un tonto
que creyó en la legalidad
ahora que estoy afuera, yo sé lo que es la libertad.

Ahora que puedo amarte
yo voy a amarte de verdad,
mientras me quede aire, calor nunca te va a faltar,
y jamás volveré a fijarme en la cara de los demás.
Esa careta idiota que tira y tira para atrás.

He muerto muchas veces
acribillado en la ciudad,
pero es mejor ser muerto que un número que viene y va.

Y en mi tumba tengo discos
y cosas que no te hacen mal.
Después de muerto, nena,
vos me vendrás a visitar.



NO voy a tapar al sol ni con el dedo grodo.
 
miércoles, noviembre 14
Hoy que soy feliz, no puedo hablar de vos.
 
domingo, noviembre 11

Dice: No puedes mirarme a los ojos, ¿eh?

Dice (y son palabras literales): Ni siquiera eres capaz de mirarme a los ojos cuando te hablo.

Muy bien, de acuerdo, la miro a los ojos.

Dice: Así. Perfecto. Puede que así podamos llegar a alguna parte. Así está mucho mejor. Si la miras a los ojos, puedes saber mucho de la persona con quien hablas. Lo sabe todo el mundo. Pero ¿sabes otra cosa? Nadie en todo el planeta se atrevería a decírtela. Nadie más que yo. Yo tengo derecho. Me gané ese derecho, querido. Bien, escucha, te crees alguien que no eres. Esa es la pura verdad. Pero ¿qué puedo saber yo? Eso es lo que dirán en los cien próximos años. Dirán: «¿Quién era ella, al fin y al cabo?»

 
martes, noviembre 6
(Que temprano que oscurece, hay muchos que esperan ansiosos que salga la luna, son eso que se van a un bar y de ahi a un boliche llenos de euforia y a arrasar con todo. La mayoria son esos que se toman un tequila para tomar coraje y decirles a las chicas lo buenas que estan y esas cosas que siguen... otros se quedan en el bar disfrutando de una charla que presto interresante a seguir, y así se hace las 7, las 8 y el sol sale, y vos salis con el (del bar) entrecerras un poquito las ojos, porque el sol pega como loco (como también te pego el alcohol), pero te volves contento a casa por lo buena que estuvo la noche. Algunos pocos se van con el novio a la casa del amigo para cenar en parejitas, haces unas pizzas(4 porque 5 eran mucho), compran 1kg de queso y sobra un monton, que exagerados que son. Intentan no decir boludeses y de hacer todo bien porque no sabes que piensa el otro y no queres meter la pata. ¡Pero que sobrios que son algunos!
- Yo como la pizza con la mano, no me pongas plato (se sienten 4 ojos que te miran , como diciendo, bueno.... no tenias que decir).
Y de tan poco hablar, comes como un desesperado, te atoras, te ahogas en cerveza y coca, y comes rápido el helado para ya tener que terminar con todo e irte. Igual te queda mirando la tela y lo único que se escucha son los efectos de sonido de una pelicula malísima.
Hay un porcentaje mas bajo (todo esto tiene una poca probabilidad) que se queda durmiendo en la casa, porque al otro día tiene que estuddiar.
Pero, bueno, en fin... bueno mi fin de semana. Igual la pase bien.)

Creo que hace un año era mucho más feliz.
 
sábado, noviembre 3

Miles de voces que hablan sin saber qué están diciendo. Yo las escucho, pero están muy mezcladas, no se entiende lo que dicen.
Siempre quise mirarlo desnudo. Dicen que cuando sale de bañarse no se seca bien ni la espalda ni el pelo, y que usa mucho jabón.
Los años se quedan atrás, claro; pero mis ganas de hacerle el amor nunca se fueron, ni están atrás. Llevar el óptimo punto hasta posarlo sobre la basura más degradada y compararla con mi propia vida. Llevar a mis sentimiento a olerlos bien feo, como una comida con más de 15 meses en un taper. Mi alma mezclada con el jugo de las bolsas de basura, con la orina de los perros.
Ah, no me había dado cuenta que estaba cómodamente sentada abrazada de unos pañales sucios y que de arriba una morocha con unos perfumes muy dulces, me miraba y sonreía con él. ¿eran de ellos esas voces que con falta de claridad estaba escuchando? No dejan de reír.
Aun me despierto escuchándolos.
Me queda algo por decir antes de partir:

No sé si se dieron cuenta, pero están pisando mi basura.

 
jueves, noviembre 1
¡Ya el otoño! —Sin embargo, por qué añorar un eterno sol, si estamos empeñados en descubrir la claridad divina,— lejos de los que mueren con las estaciones. Otoño. Nuestra barca, alzada en las brumas inmóviles, se orienta hacia el puerto de la miseria, la enorme ciudad del cielo manchado por fuego y lodo. ¡Ah, los andrajos podridos, el pan mojado en lluvia, la ebriedad, los mil amores que me crucificaron! ¡Jamás terminará pues, esta reina devoradora de millones de almas y cuerpos muertos y que serán juzgados! Vuelvo a verme, carcomida la piel por el fango y la peste, cabellos y axilas repletos de gusanos, y más gusanos todavía en el corazón, yacente yo entre desconocidos que no tienen edad ni sentimiento... Hubiese podido morir...

¡Atroz Evocación! Execro la miseria.
Y temo el invierno porque es la estación del confort!

A veces veo en el cielo playas sin fin, cubiertas de blancas naciones jubilosas. Un gran navío de oro agita, por encima de mí, sus pabellones multicolores en las brisas de la mañana. Yo creé todas las fiestas, todos los triunfos, todos los dramas. Procuré inventar flores nuevas, astros nuevos, carnes nuevas, idiomas nuevos. Creí adquirir poderes sobrenaturales. ¡Y bien, debo sepultar mi imaginación y mis recuerdos! ¡Hermosa gloria de artista y de narrador perdida!

¡Yo! ¡Yo que me califiqué de mago o de ángel, dispensado de toda moral, soy devuelto a la tierra, para que me busque un deber y abrace la rugosa realidad!
¡Campesino!

¿Estoy equivocado? ¿Sería la caridad, para mí, hermana de la muerte? En fin, pediré perdón por haberme nutrido de mentiras. Y andando. Pero, ni una mano amiga! ¿Dónde obtener ayuda?

Sí, la nueva hora es, por lo menos, muy severa.
Porque puedo decir que obtuve la victoria: el rechinar de dientes, los silbidos de fuego, los suspiros pestilentes, se moderan. Se borran los recuerdos inmundos. Mis últimos pesares se desvaneces —celos por los mendigos, los Bandoleros, amigos de la muerte, los retrasados de toda especie.— Condenados, ¡si yo me vengara!

Es preciso ser absolutamente moderno.

Nada de cánticos: conservar lo adelantado. ¡Dura noche! ¡La sangre seca humea sobre mi rostro y nada tengo por detrás salvo ese arbolito horrible!... El combate espiritual es tan brutal como la batalla entre hombres; pero contemplar la justicia sólo es placer de Dios.

Entretanto es la víspera. Recibamos todos los influjos de vigor y de real ternura. Y en la aurora, armados de ardiente paciencia, entraremos en las ciudades espléndidas.

¡Y yo hablaba de una mano amiga! Es una buena ventaja poder reírme de los viejos amores engañosos y cubrir de vergüenza a esas parejas mentirosas —he visto allá el infierno de las mujeres;— y podré poseer la verdad en un alma y un cuerpo.

abril-agosto de 1873