domingo, noviembre 11

Dice: No puedes mirarme a los ojos, ¿eh?

Dice (y son palabras literales): Ni siquiera eres capaz de mirarme a los ojos cuando te hablo.

Muy bien, de acuerdo, la miro a los ojos.

Dice: Así. Perfecto. Puede que así podamos llegar a alguna parte. Así está mucho mejor. Si la miras a los ojos, puedes saber mucho de la persona con quien hablas. Lo sabe todo el mundo. Pero ¿sabes otra cosa? Nadie en todo el planeta se atrevería a decírtela. Nadie más que yo. Yo tengo derecho. Me gané ese derecho, querido. Bien, escucha, te crees alguien que no eres. Esa es la pura verdad. Pero ¿qué puedo saber yo? Eso es lo que dirán en los cien próximos años. Dirán: «¿Quién era ella, al fin y al cabo?»

 
-Lady Mejoralito- 3:46 p. m. |


2 Ellos dicen:


por ahi el 13 de noviembre de 2007, 12:05 a. m., Blogger . Sabrina

El tiempo de las cerezas

Mi vida con vos,
es muy distinta.
Marcó el punto del aguardiente sobre el mantel rosa,
Y qué sino, y qué si tanto.
Mi vida sin vos,
es la rutina hecha sopa,
el mendigo que lanza el grito
los lugares que me sobran,
Las pilas que se revientan
el sol que entra de golpe
La carne que no se toca,
el beso que está prohibido
La ciénaga que nunca sale
el gato que no se duerme,
Y la cuchara que mira triste
a esta gordura de soledad
que se alimenta,
porque mi vida con vos
es tan distinta,
y tan flaca,
donde siempre falto yo
donde no entro
por sola.

 

por ahi el 13 de noviembre de 2007, 12:05 a. m., Blogger . Sabrina

El tiempo de las cerezas

Mi vida con vos,
es muy distinta.
Marcó el punto del aguardiente sobre el mantel rosa,
Y qué sino, y qué si tanto.
Mi vida sin vos,
es la rutina hecha sopa,
el mendigo que lanza el grito
los lugares que me sobran,
Las pilas que se revientan
el sol que entra de golpe
La carne que no se toca,
el beso que está prohibido
La ciénaga que nunca sale
el gato que no se duerme,
Y la cuchara que mira triste
a esta gordura de soledad
que se alimenta,
porque mi vida con vos
es tan distinta,
y tan flaca,
donde siempre falto yo
donde no entro
por sola.