25 de junio de 1857
Carlitos se compra una casa nueva.
Ella tiene vista la casa de algún lado pero no se acuerda de dónde.
En avenida Dardo Rocha iba en busca de alguna costurera, pero pasa por dos que le trabajaban a un tal Diego, una de ellas tenia a bastante gente haciendo terminaciones sentados en banquitos chiquitos, una maquina muy parecida a una devanadora, y otra que era una remalladora boliviana (son largas).
Va a la casa de Marta, una modista que le trabajaba hace muchos años, que ahora no sabe si está o no viva.
Por ahí cerca estaba la nueva casa de Carlitos, que era muy grande, una casa vieja y en forma circular. Aparentemente estaba en una esquina, pero no se acuerda de dónde era. A un costado estaban terminando de hacer la construcción. Arriba, en el primer piso había algo muy parecido a un salón, un resto, y estaba la abuela sentada. Ella sube y le dice que no quiere estar ahí, porque no puede pasar. Había mucho olor a carne podrida.
Le pide a la abuela que salga de ese lugar, a lo que ella acepta y salen por la ventana. Se tira, pero no le pasa nada. La abuela se queda como caminando en una cornisa, por el borde de la ventana y le dice a mamá:
- No! Qué hacés, ahora te están filmando, no ves que están los de canal 2, ahora pueden verte.
- No te preocupes que yo los distraigo.
Llama a un camarógrafo y empieza a hacer monerías mientras que la abuela termina de bajar.
- ya esta mamá, ahora podes bajar.
Y se acerca un carrito con muchos vagones, donde vienen todos los amigos de Carlitos. Estaban disfrazados de indios y tenían toda la cara pintada. Había una nena que aparentemente era la sobrina de Carlitos, que la habían disfrazado de india y también le habían pintado la cara.
Mamá le dice a Carlitos que porqué no la había invitado a su cumpleaños, bueno; igual no importa porque yo vine igual porque estaba acá cerca en la casa de Marta. Pero lo que no entendía es porqué no le dijo lo de la casa. Y Carlitos le dice que es porque todavía no esta terminada, que cuando la termine que le va a contar. La casa, en el segundo piso, tenia como un precipicio, como no estaba terminada, no había nada.